Por: José Luis Ortiz
Una de las personalidades más influyentes en la historia de la música latinoamericana es el poeta, guitarrista, compositor y cantante Luis Alberto Spinetta. El flaco Spinetta, como también es apodado con frecuencia, tuvo múltiples agrupaciones entre las cuales destacan Almendra, Pescado Rabioso e Invisible, por mencionar algunas. Si bien, Spinetta es considerado como un ícono del rock, todas sus agrupaciones tuvieron una interesante amalgama de influencias musicales que incluían elementos del tango argentino, del jazz, del rock, entre otros.
Un aspecto fundamental de las letras de Spinetta, es que gran parte de ellas se prestan para la reflexión filosófica. Un ejemplo interesante, es la canción titulada “Por”. La cual consiste, con el riesgo de sobresimplificar, en un listado de adjetivos y una sola preposición. Con un toque de surrealismo, Spinetta llegó a explorar y experimentar con la sonoridad de las palabras, llegando a escribir, de acuerdo con Eduardo Berti, “una de las letras más atípicas y más arrojadas que se recuerden en la música popular». El presente artículo pretende generar una breve reflexión, apoyada en algunos elementos del existencialismo, alrededor de una composición de este magnífico autor argentino titulada: El anillo del capitán Beto.
La letra gira en torno a un chofer de autobús conocido como “El capitán Beto”, quien se dedica a recorrer el espacio en su nave. Con múltiples peligros al acecho, se menciona que el capitán se defiende con un anillo especial, pero también se menciona que el anillo no puede protegerlo de otro tipo de experiencias: La soledad, el abismo entre él y la humanidad; la muerte, la nostalgia y la tristeza. Posteriormente, se da a entender que el capitán termina perdido en el espacio y que años después encuentran vestigios de un signo del alma en su anillo.
El existencialismo es quizás una de las corrientes filosóficas que más se han tergiversado. Erróneamente, el existencialismo está asociado con una pérdida de motivación, abandono de la esperanza y con el sinsentido pasivo. Nada podría estar más alejado de lo que es el verdadero existencialismo, el cual precisamente busca la participación responsable del hombre como motor de sentido en su existencia, así como el empleo consciente de su libertad. Como breve marco conceptual, tomaremos la definición de existencialismo del teólogo Paul Tillich (1952):
«El existencialismo no es la invención de un filósofo bohemio o un novelista neurótico; No es una exageración de las sensaciones hecha para el lucro y la fama; No es una obra de teatro negativa. Claro que algunos de los elementos anteriores han entrado en él, pero por sí mismo es algo más. Es la expresión de la ansiedad por la falta de sentido del mundo y un intento de apropiarse de esa ansiedad y transformarla en valentía para ser uno mismo».
Así, el existencialismo no niega la falta de sentido del mundo por sí sola; no niega tampoco la angustia de tomar decisiones (entendida por Kierkegaard como el vértigo de la libertad), no niega el sufrimiento, la muerte y la desesperanza. Sino que justamente, busca encontrar la voluntad del hombre en medio de ese campo de batalla. La dignidad que se esconde en la libertad y consciencia del hombre respecto a su propia existencia y sus decisiones. Una expresión frecuente del existencialismo será «Vivir a pesar de».
Retomando la letra de El anillo del capitán Beto, se puede apreciar que trata de un hombre que recorre el espacio. En este sentido, podríamos pensar esta travesía como el recorrido mismo que un hombre puede hacer por su existencia. En dicho viaje, pueden existir diversos peligros a los que el hombre le hace frente, escudado en la tecnología, en la ciencia y en el progreso en general. Al final, el capitán Beto logra protegerse del peligro que representa el espacio mismo (Canta Spinetta: Su anillo lo inmuniza de los peligros): Falta de oxígeno, asteroides, escasez de alimentos, frío. Pero existen otros peligros que trascienden las tecnologías que hemos creado para protegernos (Canta posteriormente “Pero (el anillo) no lo protege de la tristeza”). Esas experiencias, emociones o pensamientos, se esconden en forma de las preguntas que se hace el capitán en su recorrido: “¿Dónde está el lugar al que todos llaman cielo? ¿Por qué habré venido hasta aquí si no puedo más de soledad? ¿Dónde habrá una ciudad en la que alguien silbe un tango?” El ser humano, en la Tierra, tiene un destino similar al del capitán: Vive en un mundo lleno de peligros como lo son el hambre, la sed, el frío, la enfermedad, la violencia; el ser víctima de un animal salvaje, los accidentes de tránsito o a veces hasta un tropiezo en el lugar equivocado. Poco a poco, el hombre ha realizado su mejor esfuerzo por luchar y protegerse de dichos peligros y bien, si la mayoría de ellos no están resueltos de forma universal ni absoluta, tampoco se puede afirmar que la vida es la misma que hace algunos siglos, cuando todos esos peligros eran mucho más frecuentes. No obstante, al igual que Beto, no hemos logrado encontrar la fórmula para protegernos de la tristeza, de la angustia, de la soledad y de la ansiedad por la muerte. Y justamente la filosofía existencialista enseña que no se trata de buscar una protección ante esos elementos sino, tomarlos como lo que son: vivencias de la condición humana que nos llenan de dignidad y que pueden transportarnos a otros lugares o a continuar el viaje diario de la persona: “ el ser que se lanza a”. Hay ansiedades que nos mueven de lugar, hay depresiones que fijan nuestros pensamientos en una cuestión a resolver; hay ansiedades por la muerte que terminan engendrando el amor más honesto por la vida.* El capitán experimenta dichas preguntas mientras está contenido en su nave espacial. Del mismo modo que nosotros nos encontramos contenidos en un cuerpo, en un territorio y en un planeta.
La gran ventaja que existe en nuestro viaje, es el conocimiento de que otros seres pueden experimentar vivencias similares. El capitán Beto, se hallaba solo en el espacio, lleno de dudas existenciales. Pero cada uno de nosotros tiene el don de la palabra, y tengo la intuición de que nos sorprendería encontrar que muchos de nuestros pensamientos, obsesiones, sentimientos y miedos han sido experimentados a su manera, por otros seres humanos. Me gustaría comenzar a concluir este texto con una reflexión del filósofo Blaise Pascal:
“El hombre es sólo un junco, el más débil en la naturaleza, pero es un junco que piensa. No hay necesidad de que todo el universo se levante en armas para aplastarlo: Algún vapor o una gota de agua es suficiente para matarlo. Pero incluso si el universo quisiera aplastarlo, el hombre seguiría siendo más noble que su asesino, porque sabe que está muriendo y sabe la ventaja que el universo tiene sobre él. El universo no sabe ninguna de estas cosas”.
Sin la intención de hacer una sobresimplificación de los problemas que atañen al ser humano, cierro este texto haciendo énfasis en el anillo (siguiendo la analogía del capitán Beto) que puede protegernos de los peligros que escapan del progreso y la tecnología: La palabra. La capacidad que tiene el ser humano para simbolizar sus vivencias. La nobleza que entraña en su consciencia de este universo caótico donde el hombre es creador de sentidos que transforman su existencia. Canta Spinetta: “Ese anillo lleva inscrito un signo del alma”. Nada más preciso para describir la condición humana.
¿Y tú, Cuáles son las preguntas que te haces mientras navegas por tu vida?
*No está en las intenciones del presente artículo, criticar la asistencia a un proceso psicoterapéutico en caso de que la persona con las situaciones mencionadas, lo desee. Tampoco es la intención romantizar las experiencias mencionadas. Si la persona lo requiere, es recomendable asistir a psicoterapia.
Referencias:
Pascal, B. (2016). Pensamientos (Pensées) (Spanish Edition). Createspace Independent Publishing Platform.
Tillich, Paul. The Courage to Be (The Terry Lectures Series) . Yale University Press (Ignition). Edición de Kindle.
Jofré, A. (2020, 5 abril). Por: la experimentación y el riesgo de una canción de Pescado Rabioso. La Tercera. https://www.latercera.com/culto/2019/11/06/pescado-rabioso-por-artaud-spinetta/